¿Qué es la Procrastinación?

Procastinar proviene del latín «procastinare» y significa dejar para otro día las acciones que deberías hacer en el presente. ¿Te va sonando la idea? Aquella llamada que nunca encuentras el momento de hacer, llevar el coche al taller porque hace días que te avisa que toca revisión, todos los lunes en los que te has prometido empezar dieta, aquel informe que acabas redactando la noche anterior del día en que te toca presentarlo (quien dice informe dice estudiar para un examen), pedir cita al dentista para la revisión anual …. ¿sigo?

La procrastinación es la acción o hábito de dejar para más adelante acciones o actividades que se deben atender para otras más irrelevantes y agradables.

 

A menudo identificamos 3 etapas en la procrastinación:

   1. Incomodidad con la actividad: ya sea por miedo, pereza, aburrimiento, desgana, disgusto ….

   2. Ocupación a través de otras tareas que nos distraen o nos apetecen más.

   3. Justificación con frases del tipo «hoy no era el día», «ya lo haré mañana», «no es tan urgente»….

¿Cuáles son las consecuencias?

Unos cuantos de los motivos de la procrastinación pueden ser el miedo, la pereza, la idea que nos hemos creado sobre aquella tarea, el no tener claro el porqué hacerla o el grado de importancia que tiene, el perfeccionismo ….

A menudo pero la procrastinación va ligada a los sentimientos de culpa que aparecen cuando vemos que la vamos aplazando, por no decir las consecuencias que no hacer esta tarea tiene sobre los resultados, nuestros objetivos o nuestra productividad.

En un ámbito más personal las consecuencias pueden ser las de perder la confianza de aquellos que esperan que realizemos la tarea, la desmotivación y la afectación a nuestra autoestima.

¿Cómo puedo superarla?

Regla de los 2 minutos:

Si para hacer una tarea tardas menos de dos minutos en hacerla, no lo pienses dos veces, hazlo ahora y quítatela de encima. No es necesario programarla ni aplazarla, ni darle más vueltas.

Comerte un sapo primero:

Aquellas tareas tediosas (o sapos) que no te motiven y no tienes ganas de hacer pero son necesarias, programalas al principio del día. Quítatelas de encima al empezar el día y verás la sensación positiva que se te queda y cómo aumenta tu rendimiento después.

Lista de tareas:

Tener una lista de tus tareas pendientes y marcar aquellas que has realizado (abro paréntesis largo .... marcarlas con un subrayador fluorescente, uno que te requeteencante, es muy diferente que tacharla. Y pensarás, "Marina, ¡qué chorrada!" pero no sabes la gratificación hasta que no lo pruebas. De esta manera refuerzas aquellas tareas conseguidas, y es muy diferente que tachar las realizadas. Cierro paréntesis. Los filólogos me mataréis pero me encanta abrir estos paréntesis para compartiros mis pequeñas manías. Cierro paréntesis largo, ahora de verdad). Es importante no hacer listas de tareas interminables, e ir agendando a la programación de nuestra semana aquellas tareas pendientes para darles salida.

Ponle fecha:

Pon una fecha límite para realizar cada una de las tareas, agéndala en tu programación semanal poniendo fecha y hora para realizarla. Tu compromiso aumentará.

Identificar aquellas tareas que postergas una y otra vez y los motivos del porqué lo vas aplazando te serán de mucha utilidad a la hora de afrontarlo y mejorar así tu productividad.

¿Cuál es el próximo sapo que te comerás?

Si la procrastinación forma parte de tu día a dia y no sabes como afrontarla, te animo a que mires el próximo taller que haremos de  Cómo fluir con tu tiempo.  Quedan pocas plazas, ¡no te lo pierdas! (clica aquí)

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